Los alimentos agroecológicos, son alimentos sin aditivos o residuos de pesticidas. En su producción se han mantenido otros dos principios; son alimentos adecuados para la cultura alimentaria de la zona de producción, y en todo su proceso, hasta que llegan a nuestra mesa, se cumplen criterios de justicia social. Además son una garantía frente a los alimentos modificados genéticamente.
Consumir Agroecología es salud.
Al comer alimentos agroecológicos, evitamos introducir en nuestro organismo los residuos de los pesticidas que los agricultores convencionales utilizan para eliminar las malas hierbas, plagas y enfermedades de las plantas y animales.
Los pesticidas químicos son tóxicos, pero su uso es legal, siempre y cuando no se supere la cantidad máxima estipulada por las leyes vigentes. Pero pensemos: si me como una manzana con su máximo de toxicidad permitida, y luego unas verduras, y unos cereales… al final del día ¿qué cantidad de tóxicos habré ingerido? La producción agroecológica se basa en mantener la salud del suelo y en el principio de cautela.
Los agricultores y ganaderos que tienen como objetivo la Agroecología usan los propios mecanismos que la naturaleza utiliza por sí sola para prevenir las enfermedades, plagas y malas hierbas en los campos, en lugar de «rociar» con pesticidas.
Recuperando los sabores.
Las verduras, frutas y carnes orgánicas generalmente contienen más nutrientes y sabor y menos agua por kg que las verduras no orgánicas, lo que se traduce en una alimentación nutritiva y saludable, pero si además apuestas por un canal alternativo al sistema puede llegar a ser incluso accesible y asequible.
Productos puros, sin aditivos.
Este tipo de alimentos no llevan aromatizantes o edulcorantes artificiales. Dichos aditivos vienen descritos de forma general como E- y un número.
La industria alimentaria en la UE permite el uso de 370 aditivos diferentes: colorantes, conservantes, emulsionantes, aromatizantes, etc.
En la Agroecología lo que parece es lo que hay.
Los animales «agroecológicos» tienen mejores condiciones de vida.
En ganadería el principio de precaución que antes mencionábamos se basa en el bienestar de los animales.
Los animales de una granja ecológica, tienen un gran espacio interior para moverse y conseguir alimento, así como acceso a zonas al aire libre, si el tiempo lo permite, lo cual es bueno para su propio bienestar y para prevenir enfermedades.
Los productos agroecológicos no contaminan nuestro entorno.
Los pesticidas y abonos sintéticos pueden filtrarse en las aguas subterráneas y contaminarlas, como ya ha sucedido en algunas zonas del Estado Español y Europa.
Mantienendo la biodiversidad.
En los caseríos Agroecológicos existe una mayor diversidad natural (insectos, plantas, aves, etc.) que en los convencionales.
Una de las razones de ello es que los agricultores agroecológicos no utilizan los pesticidas que se utilizan en convencional, y la más importante, es que para el campesino agroecológico estos insectos, plantas, aves etc… no son un “enemigo” a eliminar, si no que son considerados como fauna o flora auxiliar.
¿Estamos comiendo sin saberlo alimentos modificados genéticamente?
Sí. Cada día podemos estar ingiriendo, sin saberlo, gran cantidad de alimentos modificados genéticamente (cereales, pastas, bollería, carne, leche y un largo etc.), pues todavía no hay una ley que obligue a que los productos que en alguna fase de su procesamiento se haya incorporado alguna materia prima modificada genéticamente, lo especifiquen en su etiqueta.
Por ejemplo, una carne de vaca o un pollo, no nos indicará que lleva algún producto transgénico pues es sólo carne de vaca o de pollo, pero, a menos que sea orgánica, lo más fácil es que hayan estado comiendo piensos modificados genéticamente toda su vida, sin nosotros, los consumidores, haber sido informados de ello.
La mejor garantía para esto es adquirir los alimentos a través de baserritarras de confianza que lleven a cabo prácticas agroecológicas.