Desde el punto de vista de la alimentación el tamaño del huevo no tiene tanta importancia, porque la cantidad de nutrientes no es proporcional al tamaño.

Desde el punto de vista nutritivo, un huevo de menos de 53 gramos proporciona 54 kilocalorías, por las 131 de uno grande (L), es decir 77 kilocalorías menos. Y esa misma proporción se obtiene también cuando se comparan las grasas (3,7 frente a 5,4) o las proteínas (5,2 por 7,5). En cuanto a la proteína, las cantidades por huevo van desde los 4,9 gr de los más pequeños a 5,7 (M), 6,5 (L) y 7,3 gramos de proteínas del XL.

Respecto al sabor, los expertos afirman que los más pequeños lo tienen más concentrado, pero este tipo de huevos son los que más cuesta encontrar.

Las gallinas empiezan a dar huevos a partir de los cuatro meses y medio de edad y los que pondrán en las primeras cuatro o cinco semanas serán los más pequeños de toda su vida.

A medida que van madurando aumenta el tamaño de sus huevos y también lo hará la frecuencia de la puesta, que llegará a ser de 5 a la semana aproximadamente cuando hayan alcanzado el año de edad. En las granjas industriales lo deben de llevar a uno al día.

Respecto al color, el tono de la yema dependerá del tipo de alimentación. Tampoco es cierto que cuanto más amarilla intenso más natural, aquí también la industria juega con los colorantes en la alimentación para hacer ver lo que no es, así un huevo de una gallina a la que se le ha añadido en la alimentación algún potenciador del color, hará una yema de un color muy intenso, casi rojo. Mientras que si ese color lo adquiere de una manera natural, de la ingesta de maíz por ejemplo, el color será amarillo pálido.

Respecto al etiquetado, el código que vemos en la cáscara hace mención a diversa información, también al modelo productivo.

Empieza con un número que identifica la forma de cría:

  • 0 Ecológico
  • Huevo de gallinas camperas
  • 2 Suelo (estas están criadas en el suelo del pabellón, sin jaula, pero no tienen posibilidad de salir de allí )
  • 3 Jaulas

A ese número le siguen dos letras: son el código del Estado miembro donde se encuentra la granja en la que se ha producido y después una serie de dígitos que identifican la granja en cada Estado (varían en longitud y caracteres en cada país).

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